miércoles, 24 de diciembre de 2014

Blanca Navidad (Relato en Apatía)

Un día como otros, nada opcional. Me levanto a las 10:00 de la mañana como siempre; aunque en esta ocasión fue diferente (pero claro...). Eran villancicos, "El niño del Tambor" para ser precisos repitiendose una simple estrofa una y otra vez a toda voz, era mi abuela.
- ¡Anda, levántate! ¡Que es Noche Buena y es un día lleno de alegría!
Sigo estando fuera de mis 5 sentidos.
- ¿Huh? ¿Noche Buena? ¿Es hoy?
-¡Pero claro muchachita! Es el día del niñito Jesús, será hermoso como siempre, aparte estará lista la comida, sopa de fideo con carne; ¡Tú favorita! Anda, que se enfría. -Dicho esto, se retiro de la habitación repitiendo la misma estrofa.
Sigo sin captar señales, he de estar dormida todavía.
Logro obtener fuerzas para levantarme y no tropezar al caminar hacia el baño, lavo mi cara con cuidado y cuelgo mi toalla. Volví a recostarme, esta vez con mi lap a un lado; aunque no sabía de qué escribir puesto que tenía muchas opiniones acerca de estas fechas de "alegría, amor y paz".
Como quiera, por otra parte decidí escuchar algo de música para matar el tiempo; hasta que voy oyendo risas y pláticas entre mis familiares, se escuchaba casi todo y digo casi porque no me interesaban en cierto sentido.
Entró mi madre con comida en mano, luciendo sus pijamas fucsia y algo despeinada.
- Hmm, hijita, ya está lista la comida. Por cierto, ¿Gustas chicharrones? -Dijo mientras me ofrecía.
- Oh no, muchas gracias mami; creo que iré a comer de una vez.
- Está bien, no tardes demasiado. -Cerró la puerta al terminar.
Esto es extraño.
Con delicadeza abrí la puerta, estaba mi familia reunida obviamente; mis padres parecían contentos, mis tíos platicando, mi abuela pensativa pero feliz, mi hermana algo hipster como siempre y todo siguiendo su rumbo. Algo pasará.
Tenían mi plato listo en la mesa, de beber agua y para acompañar con un dulce. Practicamente no me como un "postre" pero cuando lo hago sigo siendo un horror; retirando todo eso, había algo que no me pareció un 35%, no tenían la misa especial del día puesta en la televisión en el canal religioso MV (MariaVisión). Vagos recuerdos llegan a mi mente, aquellos tiempos donde a medio día mi abuela siempre prendía la TV y ponía ese canal en cierto volumen y cantando sin parar; ya se imaginarían cómo se ponía al ser Noche Buena, pero hoy no fue el caso.
- Epero que se comporten bien hoy, ya que es un día especial; el del niñito Jesús, ¡No se comporten como tontos! -Gritó mi abuela.
Ella se encontraba al otro extremo de la mesa, pero; es lo que no me explico. Lo que dijo. Eso. Sí, eso.
"Jesús", "Virgen María", "Estrella de la Mañana", "Dios"...Religión...La susodicha religión católica que embarca a mi abuela a unos viajes sin retorno. Una cosa es formar parte de ello y otra es parecer un fanático más. No estoy en contra, pero últimamente se ha vuelto más fastidioso ser parte de cierta religión (no solo católica), utilizando todas esas "escrituras" para su propia protección, satisfacción y uso mal ocupado del poder. Al menos doy gracias que hayan separado la religión del poder desde épocas antiguas. Aunque en mi opinión, eso no ha servido de nada.
- ¡Oh, silencio suegra! Que voy a poner villancicos. -Mencionó mi padre, mientras ponía las canciones.- Como usted ha dicho, es un día de felicidad, vamos a festejarlo.
- ¡Ha, festejarlo, sí cómo no! Hey hermana, ahí me ayudas a decorar las últimas galletas que quedan, obvio, cuando acabes de comer. -Dijo mi hermana al sacar todos los sobres de betún para galletas.
- Qué bueno que decidan hacer eso juntas, es lo más li-.
- ¡O mejor tú mami, ayudame con unas cuantas!
Ambas se pusieron activas con las galletas, yo lo único que deseaba en ese momento era un poco de pan dulce...No, no empieces.
La música en alto, mis tíos con mi abuela hablando de viejos tiempos, mi madre con mi hermana decorando algunas galletas, y yo...:
- Hmm, la sopa estuvo deliciosa; muchas gracias, creo que me retiro por ahora.
- ¿Segura? -Preguntaron todos.
- Sí, segura; estaré en mi cuarto.
- Hmm, bueno, ¿Pero segura que no te pasa nada?
- Segura, heh.
Después de eso me retiré y encerré en mi cuarto.
Faltaba toda la tarde para que comenzara la cena de Noche Buena, seguía vagando en mis recuerdos.
Recordaba las veces en que mi familia formaba una mega fiesta con todos los familiares; parte de mi mamá, parte de mi papá y un poco de familiares del vecindario. Un montón de luces de bengala, pirotecnia, hasta con piñata repleta de dulces.
Ver a todos los familiares en una sola noche; jugar con pimos y primas, ni se diga cuando era Año Nuevo. Lo recuerdo tan colorido, lleno de vida y sin preocupaciones; todos se caían bien y contaban del uno al otro en todo, no solo lo mostraban en estas fechas.
Pero mis pensamientos me han de estar traicionando. Quizás porque era solo una niña. Una simple larva humana que no sabía más allá de los secretos familiares. Las cosas han cambiado, para bienestar de otros, para uno mismo, para nadie. Ya ni siquiera la burla de los días festivos perdonan; se volvió en hipocresía y "deseos de navidad" baratos; además de ser excusas para hacer reuniones obligatorias, con estos días dan alas al consumismo, el capitalismo se ha de estar burlando en nuestras caras mientras nosotros en "Buen Fin" o "Black Friday" nos matamos por tener una TV, un celular, una prenda para vestir, decoración para la casa y mucho más...nuevos, "mejores" y con la misma función de siempre sin sentido.
Todo concluye en que, la religión y el poder capitalista van de la mano tal vez solo en estos tiempos.
Esperen, escucho algo...
Entra a la habitación mi madre, elegante, con un sueter azul rey, jeans negros y botas hasta la rodilla negras.
- Hija, ya llegarán los invitados para la cena, te tengo lista algo de ropa. -Aclaró sin chistar.
- Oh...Está bien. En 10 minutos voy a arreglarme.
Mi madre acertó con la cabeza y se retiró de mi pieza.
No iba a ser una "mega fiesta" como las de antes, ni siquiera estaremos "tan unidos"...pero al menos seguimos vivos, es lo que cuenta. ¿Qué pasará? No tengo idea, pero desearía no tener que pasar momentos hipócritas con nadie más.
Cambié mis pijamas rojas por vestuario negro, una coleta de caballo y mis pocas ganas de seguir existiendo.
"Que empiece el espectáculo."

¿Qué? No todo en estos días son alegres y felices, muchos de nosotros llegamos a pensar así; mis respetos para aquellas familias que siguen unidos después de las fiestas festivas.
Aunque en el sentido social puede ser muy real, en este mundo se han vuelto demasiado consumistas, ¿O qué piensas tú?
Sin más motivo, sigo teniendo mi corazón inocente y noble; les deseo a todos ustedes, una feliz navidad y prospero año nuevo, nos leeremos luego, ¡Cya! :)


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